sábado, 27 de octubre de 2012

LACRIMAL

"Dan ganas de llorar". Si lo dice el Rey, palabra de monarca y amén. Por lo demás, nada nuevo bajo el sol. 
Hemos llorado siempre, con frases históricas ya desde que Séneca plasmó como necesidad: "no hay mayor causa de llanto que no poder llorar". Aunque costó superar que el llanto se considerara una blandura o un sentimiento de mujeres. De ahí procede la leyenda de Boabdil que cuando se retiraba de Granada -no podía por menos soltar una lágrima por la Alhambra- su madre le espetó con "llora como mujer lo que no supiste defender como hombre" (frase que se inventó un cura). Y sin duda la Alhambra se merece un llanto.., cuando te alejas.  


En general cuando pierdes lo que quieres, lo que te gusta, lo que te llena, suelen escocerte los ojos e inundarse de agua salada,  como olas besando los párpados.. 
Pero también hay que llorar de rabia. Como Larra cuando dejaba constancia que "Escribir en Madrid es llorar". Una frase que se extendió para toda España, un mar de lágrimas inconcluso. Y seguimos llorado por la injusticia, por impotencia.., por gente normal como el hombre que se quitó la vida antes de que verse deshauciado en mi barrio obrero de La Chana (Granada).
Porque las lágrimas son la primera reacción ante el desplome, la pérdida, la desubicación, el vacío.  Que menos que llorar cuando ves a tus hijos que no pueden comer, que no tienes donde dormir, que la vida es puro destierro.
 Lloremos porque sí, que decía Lorca. Pero que sea un lloro con esperanza, pensando que podremos enjuagar las lágrimas. Y podemos reponernos, al estilo oriental: si no merece la pena, porqué lloras?; si merece la pena. porqué lloras?  Y comprobarás que las lágrimas te ocultan la visión de la estrellas. O al estilo castizo, por propio derecho: ¡el que no llora no mama!  Porque estamos en un mundo de lágrimas y hay que ordenarlo.  Porque es de justicia que la mayoría, los que más lloran, sean los dueños de este mundo, con lágrimas o sin ellas.

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